sábado, 13 de agosto de 2016

TOUR POR LA MEXICO (#lamexicotour)


La idea de crear un patronato o bien de invitar a alguna asociación para hacerse cargo del manejo y administración de fondos para la creación de un museo taurino en la plaza México resulta no ser tan descabellada.

El propósito de esta iniciativa ni es tan original, ni es nuevo.

Se podría sacar partido al inmueble por ejemplo, con visitas guiadas a los turistas y público interesado en conocer un poco más acerca de la fiesta brava en nuestro país y adentrarse en las entrañas del gigante de hormigón.

Un museo con piezas conmemorativas a la Plaza México y su historia
 
Como es el caso de algunas plazas de toros como Las Ventas en Madrid o La Real Maestranza de Caballería en Sevilla, estas visitas podrían incluir el museo taurino y algunas tiendas de recuerditos al interior de la misma, venta de libros, discos, carteles, playeras y hasta cafeterías.

Se podría pensar en algún modelo de negocios redituable que beneficie a otras empresas por ejemplo como la que administra el turibus de la Ciudad de México y que pueda llegar a incluir en su recorrido, la visita a la Plaza de toros México.

El usufructo de este proyecto, llegaría a beneficiar no solo a particulares, sino a la misma delegación Benito Juárez y sería de pronto una buena oportunidad para crear puestos de trabajo.

Espectáculos de flamenco y conciertos de música taurina

La plaza México entonces recobraría mucha vida y pudiera ser incluso que sirviera como foro cultural para exposiciones pictóricas, escultóricas y escenario para conciertos de baile flamenco u orquestas sinfónicas, todo relacionado a la cultura taurina.

Hombres, nombres, empresas, asociaciones, muchas, que pudieran sumarse a este proyecto para enaltecer a nuestra plaza y de paso alejar el fantasma de una posible demolición o bien de una adecuación del inmueble para otros fines diferentes.
Hay que darle vida al inmueble!

Estoy en la seguridad que si existe por ahí de pronto un empresario con visión y la disposición de hacer las cosas en beneficio de todos, muchisima gente se vería beneficiada con esta iniciativa.

Por lo pronto y como quien avienta una botella al mar con una nota en ella, lanzo en el océano de las redes sociales esta iniciativa pero si es chicle y pega, ya verían ustedes que hermosa se vería nuestra gran México llena de vida por sus pasillos y balcones.

Y si me apuran, es probable que una parte de la cuota que los visitantes aporten, serviría para iniciar las obras del mantenimiento del inmueble que vaya que si necesita una buena remozada.

Ahí va eso!

viernes, 12 de agosto de 2016

UN SABIO MUY MONO


Desde este espacio quisiera rendir un merecido homenaje a todos aquellos hombres que han dedicado su vida al servicio de la fiesta brava ejerciendo el oficio de monosabio.

Es de muchos conocida la historia que relata de una compañía de circo que se presentaba en Madrid hacia finales del siglo XIX con un espectáculo de monos que hacían las delicias de chicos y grandes.

Era su atuendo muy similar a los de los empleados de las plazas de toros encargados del mantenimiento del ecenario, de la limpieza del ruedo, el retiro de los despojos del toro, la rehabilitación de los tableros de la barrera y burladeros, la apertura de puertas, el arreo de los caballos de pica y hasta el auxilio de los actores de la lidia cuando por desgracia caían heridos.

Por este motivo, se les llamó así: mono-sabios.

Y como parte importante del espectáculo también los monosabios han sido víctimas fatales de accidentes en la plaza.


El célebre Simón Cárdenas

En México ha habido personajes que hicieron historia como monosabios, me refiero al caso de Don Simón Cárdenas, de quien incluso se cuenta participó haciendo quites a cuerpo limpio a los toros en el viejo toreo de la colonia Condesa.



Muchos años más tarde, en una jornada lluviosa durante el festejo de la temporada de novilladas de la plaza México aquel 9 de Octubre de 1978, Rafaél Domínguez conocido cariñosamente como "Gamucita" fue aparatosamente corneado por el novillo "Minuto" de la ganadería De Haro y fueron sus heridas tan graves, que pocas horas después y a pesar de la intervención del Dr. Javier Campos Licastro, falleció.
Trágica cornada de Salvador Hernández

La cornada se produjo cuando "Minuto" saltó al callejón de la plaza de toros México y se encontró a su infortunado paso con "Gamucita" que no pudo ponerse a resguardo.

Años más tarde en Septiembre de 2011 muere víctima de una cornada el monosabio Salvador Hernández Mariscal en la plaza del Nuevo Progreso de Guadalajara Jal.

El novillo "Norteño" de la ganadería del Vergel, saltó igualmente al callejón propinándole a Don Salvador una herida penetrante de abdómen y arrastrándole varios metros, herida que le llevó a un fatal descenlace horas más tarde.

Durante la celebración de la corrida de la temporada 2014-2015, el Domingo 28 de Diciembre de 2014 y en tarde accidentada, la torera Karla de los Angeles fue seriamente corneada por uno de los toros de la ganadería de Guadiana que le correspondió en suerte y cuando fue asistida por los monosabios y retirada del ruedo, el toro arropó en el viaje al monosabio Federico Domínguez "El Gamuza", propinándole seria cornada en la región escrotal, cornada de la que se recuperó posteriormente pero que nunca afectó su ánimo de seguir en la brega.


Momento de la cornada a Federico Domínguez


Los monosabios, personajes pintorescos son antes que nada extraordinarios aficionados a la fiesta brava que precisamente por esa enorme afición, abrazaron este oficio para estar más cerca del toro.

Algunos de ellos como el mismo Federico Domínguez se ha "echado al agua" en festivales para echar capa a las vaquillas.

Recuerdo entrañable de personas muy queridas para mi menda como Felipe "El Chale" Flores, Juan Trejo, Dimas Luna, Porfirio Sánchez, Juan Arana, Ricardo Tenorio y tantos otros con los que compartí tantas y tantas tardes de toros en la Plaza México y otras plazas de la periferia.

Dinastías como la de los Siller y su fundador Don Juan, los Domínguez, los hermanos Avila, los Escutia y de muy grato recuerdo Don Juan Guerra y su vástago Juanito, que se desenvolvió como cronista taurino en medios de comunicación como el radio y la televisión y que imprimía un sello especial a la crónica taurina.

Personajes de quienes aprendí el oficio y antes que otra cosa, a no perderle la cara al toro, vamos ni siquiera al momento de engancharlo ya muerto al tiro de mulillas, porque el toro aunque inerte, puede producir heridas de consideración con sus astas.

Una tarde que se realizaba una novillada en la hermosa placita de Ciudad Satélite "La Florecita", estaba yo a cargo de la traspuerta de caballos por donde salían los picadores.

En fracción de segundos el novillo que estaba en los medios de la plaza distraido con capotes, escuchó el aldabón de la puerta, sintió la salida del caballo y como flecha salió disparado con la idea de acometerle, solo que el jamelgo detuvo su marcha y entre dos personas que estabamos ahí: el de la puerta del callejón y yo, empujábamos con fuerzas que nos salieron de no se donde al caballo, al que usamos como escudo,con la idea de que el novillo no ingresara al callejón y pudiera escapar por la traspuerta que quedó entre abierta.

Finalmente los peones de brega se pudieron llevar al novillo otra vez a los medios.

Vaya susto!

Son tantas las anécdotas y retazos de vida que a la distancia y después de muchos años, viven frescas en mi memoria.

Me gustaba llegar temprano a la Plaza México y aprovechar el sorteo de los toros al mediodía para luego acudir a la misa en la capilla de la plaza y saludar a la gùera de la capilla quien siempre me invitaba un taquito.

Solía yo enjaezar las mulas de arrastre y como eran muy rejegas, compraba golosinas a la salida de la plaza para llamar su atención y aprovechando la distracción meterles el bocado en el hocico y atarlas al tronco. De otra forma era materialmente imposible ganarse su confianza y a la brava te exponías a una coz.

Mi primer encuentro con la sangre fue cuando asistimos a un novillero que cayó herido en la plaza La Florecita. Se anunciaba como Efrén Hernández y vaya que si batalló para llegar a torear ahí.

Le costó su buena lana ya que aquel famoso "empresario" en su afán de ayudar a los novilleros, les cobraba parné y los hacía vender boletos para torear.

Yo nunca tuve el parné y aquel personaje tampoco tuvo nunca la intención de ayudarme por lo que se me negó la oportunidad de torear ahí.

Efrén recuerdo enfrentaba a un novillo de la ganadería de San Juan Pan de Arriba y le estaba corriendo la mano en pases muy sabrosos en redondo, pero el novillo que ya había aprendido, comenzó a revolverse y buscarle las pantorrillas.

Le dije cuando se acercó a la barrera: "Cuidado Efrén, no te confíes, ya tienes el triunfo en la bolsa, iguálalo y asegúralo".

Pero bien sea porque estaba embriagado de torear en redondo o no quiso escuchar la recomendación, el novillo se le coló en un remate de pecho y lo prendió de la entre pierna.

Supe desde el primer momento que iba calado por la expresión de su rostro y por el profuso chorro de sangre que escapaba del agujero de la cornada literal, como agua de un grifo.

Lo taponeamos con las manos y con unas toallas y mi ropa quedó manchada de sangre y a correr a la camioneta que lo trasladaría al hospital.

Una muy fuerte impresión que caló muy profundo en mi pensamiento pero que tampoco hizo mella en mi decisión de ser torero.

Corriendo el tiempo encontré a mi amigo Efrén ya retirado de estos menesteres, con una panza abultada y cojeando. No quise indagar, pero pudiera haber sido su cojera motivada por aquel percance.

Fue para mí, como mi bautizo de sangre aunque esta no fuera la mía sino de aquel novillero.

Lo mismo aceitando aldabones de las puertas, echando serrín al ruedo mojado, pintando de cal las rayas del tercio, arreglando la arena con el rastrillo, de mulillero, ayudando a los Moralitos a entorilar, arenero y hasta con los números en el palco del juez de plaza, disfruté muchísimo pero muchísimo esta mi etapa como monosabio.

Esta oportunidad me pemitió verle la cara a los toros de cerca a veces haciendo quites con la cachucha a los banderilleros.

Otra de mis funciones era la de quitar las banderillas al toro antes de ser arrastrado al desolladero. Estas banderillas ya usadas y tintas en sangre de la res, constituían un atractivo especial para los asistentes a la corrida.

Durante la feria de Teziutlán Puebla actuábamos una tarde en que Antonio Lomelín estuvo portentísimo clavando sendos pares de banderillas a toros de la Viuda de Fernández.

Esa ocasión olvidé mi pantalón de monosabio en casa y como tenía que salir a como diera lugar esa tarde, un compañero más bajito de estatura que yo, me prestó uno de los suyos.

Como podrán suponer, debí haberme visto muy chusco con mis pantalones cortos y de inmediato la gente alegre de Teziutlán me endilgó el apodo de "Chabelo" en alusión al personaje de la televisión mexicana que usaba siempre pantalones cortos.

Para colmo de mis desgracias, esa tarde lluviosa el ruedo quedó hecho un barrizal, así que teníamos que correr para arreglarlo y dejarlo listo para que la corrida continuara.

Eran interminables los viajes de carretillas llenas de serrín y de arena para dejar el ruedo en condiciones de poder torear pero en uno de esos viajes en carretilla, patiné y fui a dar hasta allá lejos provocando las carcajadas del público concurrente.

Este detalle me valió porque a la salida las personas asistentes me compraron todas las banderillas rescatadas y me gané una buena propina de los parroquianos que se daban gusto palmeándo mi espalda al grito de "ese mi Chabelo, a ver si te amarras bien los patines".

Ricas vivencias todas y en compañía de mis entrañables amigos los monosabios a quienes sigo saludando siempre con un profundo respeto y admiración.

Desde este humilde espacio les rindo un sincero homenaje por su enorme labor en las plazas de toros y su incansable afición.

Salud!

miércoles, 10 de agosto de 2016

APOLOGIA DE LA INTOLERANCIA


Y aquella mujer entornó sus ojos para mirarme llena de ira y rencor cuando sin miramiento alguno le declaré mi amor por la tauromaquia.

¿Sabe?

¡Mi perro es como mi hijo, es un miembro más de mi familia!

Y era tal la ira que desperté en ella con mi ingenua declaración, que arremetió con furia:

¡Es usted un asesino!

Le miré a los ojos y me sorprendió verla fuera de sí; que de haber tenido una pistola cerca, me la hubiera vaciado.

Pero vamos a ver Señorita: ¿Acaso ladra usted por las noches, persigue a los autos para morder los neumáticos, aulla en noches de luna llena, huele el trasero a sus congéneres, se vuelve loca cuando le arrojan un palo o una pelota y anda en cuatro patas?

¿No?

¿Entonces como se atreve a asegurarme que su perro es como su hijo y que es parte de su familia?

¿Acaso el perro le contesta a usted cuando le saluda?

Y mirándome extrañada pero sin dejar de mostrar su repudio me contestó muy indignada.

-¡Por supuesto que no!

Ah, entonces entiendo, lo que usted tiene es un profundo vacío existencial porque la vida la privó de esa enorme dicha que disfrutan algunas mujeres y que se llama maternidad. ¿No es así?

-¿Y a usted que le importa?

Bueno, es que ya que usted se tomó la libertad de insultarme al punto de llamarme asesino, al menos tendrá un poco de sentido común y aceptará que a diferencia de usted, yo no me he atrevido a faltarle al respeto.

Sabe, es lo que pasa con ustedes los animalistas, pero dígame: ¿su perro está castrado o esterilizado acaso?

-¡Por supuesto!

¿Y quien le confirió a usted el derecho de privar al animal de poder cumplir con sus funciones biológicas?

Es usted un, un, un...

Lo que quiera usted que sea, pero antes de seguirme insultando como ya se dió el gusto de hacerlo digame:

¿De qué material está elaborado el bolso que lleva, su cartera y sus zapatos?

¿Cree en verdad que es coherente que se refiera usted a los taurinos en forma tan despectiva y agresiva cuando utiliza accesorios hechos de piel de animal?

O es que de verdad creee que el toro o la vaca se dejaron rebanar un pedazo de piel de manera voluntaria para que fabricaran sus lindos adornos y ajuares?

Y no le pregunto si es vegetariana o vegana porque entonces va usted a mentarme la madre y ahí si que no iba yo a dejar que me siguiera usted atropellando con sus insultos mi querida Lady.

Y si, tomó su Yorkshire entre sus brazos y se retiro de aquel lugar vociferando no se cuantas otras maldiciones en mi contra.
 

Apología de la intolerancia

Al ver las redes sociales plagadas de insultos contra los taurinos me pregunto si alguno de estos hombres y mujeres tienen idea cabal de lo que escriben.

Mentadas de madre en grado conservador hasta deseos de muerte o maldiciones deseándonos que nos caigan las 7 plagas de Egipto y otras 20 enfermedades terminales para acabar con todos los de nuestra estirpe, familiares y hasta nuestra descendencia per secula seculorum!

¿Hasta que punto es capáz un ser humano de herir tanto con las palabras escritas en redes sociales resguardados en el anonimato?.

¿Me pregunto si quien les otorgó la oportunidad de expresar sus ideas públicamente les otorgó el derecho de destruir moral e intelectualmente a las personas de esa manera solo por su afición a la práctica del toreo?

Y no solo no demuestran respeto alguno por la vida, sino que montados en la idea de que son los abogados de los animales, actúan peor que ellos, a los que defienden.

Desconocen absolutamente el desarrollo de una corrida de toros y no tienen ni la menor idea del porqué de la existencia del espectáculo y de hecho no muestran ni la intención de acercarse a preguntar.

Pero es más sencillo agredir o maldecir que tratar de leer, aprender o al menos enterarse un poco del sentido de aquello que critican con tanto ahínco.

Recuerdo que una de tantas manifestaciones anti-taurinas era liderada por un tipo de pelo escaso, grueso de complexión y de lentejuelos.

Tipo fanfarrón y ridículo se hizo vertir salsa de tomate para semejar la sangre de un toro sobre el cuerpo a la vez que gritaba consignas e injurias en contra de las corridas de toros y de los taurinos repartiendo panfletos con sus postulados de defensor de la vida animal.

Le pregunté de donde era por su manifiesto acento extranjero y me respondió que de la República de Chile.

Le dije entonces que un decreto había abolido la fiesta brava en su país muchos años atrás y que menos entonces entendía yo la razón de su repudio a la celebración de un espectáculo con tanta tradición en mi país no en el suyo.

Luego le formulé algunas preguntas que consideré importantes tratando de debatir con él su postura y en afán (pensaba entonces yo, pobre iluso) de enriquecer nuestras polarizadas opiniones:

¿Sabe que el toro de lidia contribuye al equilibrio ecológico en las ganaderías por su interacción con otras especies?

¿Tiene idea de cuántas personas se verían seriamente afectadas en su patrimonio si se abolieran las corridas de toros en nuestro país?

¿Sabe que la fiesta brava constituye una industria sin chimeneas que mantiene una cantidad importante de empleos directos e indirectos que impactan en la economía de pueblos, de municipios y de ciudades?

¿Sabe finalmente que de no existir el espectáculo taurino por ende la abolición que usted propone dejaría al toro de lidia en peligro de extinción a punto de verle solo en zoológicos (eso si no se los cargan antes) o en museos como piezas disecadas?

Cuando esperaba una respuesta o varias a mis cuestionamientos, el tipo me miró de arriba a abajo, se sonrió con mueca burlona y se dió la vuelta para dejarme hablando solo y seguir gritando sus consignas al grito de "tortura no es cultura".

Si, por desgracia es el común denominador de muchas personas que por ignorancia atacan abiertamente al espectáculo taurino y que muchas veces refugiados al amparo de una identidad suplantada, arrojan injurias por toneladas en las redes sociales.


Manifestaciones que rayan en lo absurdo


Lo que verdaderamente preocupa no es ya la desaprobación y el encono de estos por desgracia amplios sectores de la sociedad, sino las manifestaciones a veces absurdas de grupos animalistas que tratando de reivindicarse con sus complejos y culpas, han caido en excesos como retratar a sus mascotas con disfraces o en ropa de bebé paseándose en carreolas y con biberones.

Han permitido que sus mascotas de compañía se apoderen cada vez más de aquellos espacios destinados a la vida cotidiana anteponiendo según ellos, los derechos de los animales sobre los de los seres humanos ignorando que a veces estas criaturitas son portadores de enfermedades contagiosas.

Lo que aún no comprenden estas personitas, es que por ejemplo el perro, descendiente del lobo, es un animal de instintos que si no se maneja con cuidado, puede resultar hasta peligroso.

En la manada, el lobo macho Alfa, constituye la guía del grupo, es quien comanda la cacería y proteje a los demás miembros y quien devora la mejor pieza y deja las que no quiere para el sustento de los demás.

El perro doméstico por atavismo genético, identifica a su dueño como el macho Alfa de la manada porque es quien le aporta el sustento y le dá guía.

Por eso las reacciones del perro se parecen tanto a las del lobo en estado salvaje que mueve la cola en actiud de agradecimiento cuando se le acaricia o bien se le da de comer.

Pero de eso a suponer que el perro me ama porque es como un hijo... ¡Por Dios que aberrante!

Habría que considerar del otro lado, que si bien la carne del toro de lidia no es un producto que pueda competir con otras especies bovinas dedicadas al abasto como el Angus, Brahman, Beef master, Hereford o Charolais, si se puede afirmar que es un producto de altísima calidad y exquisito sabor.

El propósito de su crianza tiene como objeto la lidia y dado su temperamento ancestral, no es una especie que pueda ser fácilmente domesticada para labores agrícolas por ejemplo.

Sin embargo y a diferencia de otras razas, el toro de lidia pasa su vida en tierras extensas en donde se le dispensan toda clase de cuidados y la mejor alimentación.

El destino de muchos ejemplares es morir en la plaza con dos consideraciones que deberán tomarse en cuenta: el toro de lidia, enfrenta al torero frente a frente con la posibilidad de morir, pero también de provocar su muerte.

Si por el juego demostrado en la plaza. producto de su genética y su crianza le es perdonada la vida, con seguridad volverá al campo para servir de semental y transmitir estos genes a sus descendientes.

Lamentablemente, los ejemplares de otras razas no correrán con la misma suerte y serán sacrificados sin duda en un rastro habiendo terminado sus días colgados de un gancho.

Desafortunadamente no en todas partes están reguladas las técnicas de matanza que no siempre son las más digamos "humanas".

Por tanto, el toro de lidia cumple cabalmente con el propósito para el que fué criado y sirve también para el consumo humano cumpliendo así con un ciclo de vida que da sentido a su existencia y a su preservación como especie.

A su lado, el toro de lidia mantiene un equilibrio ecológico con otras especies animales como la garza bueyera, el halcón, la liebre, el cerdo ibérico, perdíces y una fauna rica en variedad que conforman la dehesa.

La flora de estas tierras ricas algunas dedicadas al cultivo de productos de consumo humano, juega también un papel importante como los olivares, los alcornoques, variedad de cactáceas, acacias y un sin número de especies botánicas.

Juntas, flora y fauna crean una bio-diversidad que por lo pronto entre España y Portugal ocupan una extensión de más de 500,000 hectáreas de tierras dedicadas a la crianza del toro de lidia.

Datos, muchos, consideraciones, también, pero sin el animo de convencer de nada a nadie y actuando como siempre con un sentido profundo del respeto a los demás, lo que pedimos los taurinos a los antitaurinos es que: ¡no nos toquen los cojones!

Porque solo falta que algún día nos gobiernen los perros y haya escuelas para aprender a ladrar...

¡Poco falta!

martes, 9 de agosto de 2016

PURO MITO




¿Mito o realidad?

Quién habrá sido el sabio varón que le endilgó a José Tomás, el socorrido mote de "El mito".

¿A partir de qué?

Y hurgando por el ciber-espacio, encontré la descripción de dicha palabra, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y al tenor dice:

Mito:   m. Historia ficticia o personaje literario o artístico que encarna algún aspecto universal de la condición humana. El mito de don Juan. m. Persona o cosa rodeada de extraordinaria admiración y estima. m. Persona o cosa a la que se atribuyen cualidades o excelencias que no tiene. Su fortuna económica es un mito.

Luego entonces pienso que aquel sabio le hizo chaparro favor al de Galapagar al bautizarle con ese remoquete.

Pero por otra parte y aduciendo a las actitudes del matador, o bien sea de sus apoderados y su modesta, escasa aparición en algunos carteles de ferias españolas importantes y esa incomprensible y enfadosa negativa de rehusarse a ser televisadas sus actuaciones, hacen presumir que en efecto José Tomás es eso: un mito.


José Tomás


Sus atributos como figura del toreo se mantienen intactos, su pasmosa quietud ante los astados que en opinión muy personal cae a veces en el tremendismo, la milimétrica distancia entre él y los cornúpetas pero sobre todo, el aparato publicitario que le rodea, hacen de él, la figura más cotizada del mundo taurino.

Pero volviendo los ojos hacia otros puertos, entenderemos que hay un sin número de opciones que enriquecen el panorama taurino y que atienden a diferentes gustos y paladares.

 Los hay artistas: Morante, Talavante, Manzanares, Finito de Córdoba; de academia: Jiménez Fortes, López Simón; Roca Rey, Adame; tremendistas: Padilla, El Fandi, Escríbano; espartanos: Rafaelillo, Castaño, Robleño, Urdiales, Fandiño; sobrios: El Cid, Ponce, David Mora, Curro Díaz; cerebrales: El Juli, Castella, Perera y una lista interminable el elenco de toreros en activo en España que participan animosamente en todas las ferias del verano en la península y el sur de Francia.

Algunos ases de la baraja.


Toreros algunos que han sido igualmente castigados por los toros y que terminan el año con una agenda abultada de festejos, muchos de ellos televisados en España.

Figuras todas que torean, que se dejan ver sin tantas pretensiones y que al final de la campaña seguramente serán contratadas para las temporadas americanas.

Aspectos como el mono-encaste no dejan de ser temas que merecen un trato aparte, pero fundamentalmente he querido abordar el tema del "mito".

En diferentes épocas de la historia del toreo ha habido figuras que han sido blanco de críticas y escarnios producto de la atracción que provocan y ese aire de autoridad con el que se han conducido aludiendo a la arrogancia en algunos casos y eso el público no lo perdona.

Le ocurrió a Joselito "El Gallo", a Gaona, al mismo Manolete, en nuestro país a Manolo Martínez que convocaba multitudes apenas aparecía acartelado en las ferias o en la temporada y al que le iban a ver a la plaza por igual sus partidarios y sus detractores, unos para alabarle y otros para denostarle y hasta reventarle de ser necesario.

Sus detractores resaltaban sus defectos y entre otras cosas criticaban de Manuel, el tamaño de sus muletas, esa tendencia a torear con el "pico" de la misma y enfrentar a toros digamos cómodos.

Pero tenía Manolo una magia especial, un toque de muleta privilegiado que le permitía llevar a la res como encantada en los vuelos del engaño en pases en redondo eternos para rematar las series con el desdén y alborotar el gallinero.

O aquellas trincherillas que le permitían iniciar una tanda como para acomodarse y ligar sin reponer terreno pases con la derecha en redondo que eran la delicia de partidarios y detractores.

Manolo en su tiempo, impuso condiciones a las empresas que lo contrataban, decidía la procedencia del ganado, la mayor parte  y tampoco sorteaba (y me consta) así como también decidía con que alternantes haría el paseíllo.

En plazas de tercera categoría imponía sus decisiones incluso a pesar de los jueces de plaza, vamos, hacía lo que le venía en gana, pero era el auténtico mandón.

Y justamente eso está sucediendo con el "mito".

Adopta esa actitud mandona, arrogante, imponiendo condiciones pero con algo más: no se deja nada en el tintero, el mismo se ha puesto un rasero que le hace salir una tarde a por todas y otra también pero ya con un ganado más cómodo en ocasiones.

Podrá José Tomás ser un torero valiente, tremendista y artista para muchos taurinos, pero siempre será referente.

Resume en su tauromaquia todas las intenciones de los toreros anteriormente descritos: El arte, el tremendismo, la sobriedad, el valor pero de eso a que es un mito, ¡dista una enormidad!

El verdadero mito lo han creado sus apoderados, la gente que maneja su carrera y administra su cartera.

El hecho de esa negativa a ser televisadas sus actuaciones despierta el apetito de la reventa y expone a la afición a quedar al margen de poder disfrutar del espectáculo y caer en manos de mercaderes abusivos que ni son aficionados y que más que aportar algo a la fiesta, la están acuchillando.

Por esa razón, las personas que manejan los intereses del diestro de Galapagar lo exponen de esta forma a ser blanco de críticas por su manera de conducirse y más aún en tiempos difíciles para la fiesta donde se supone que los taurinos debemos sumar esfuerzos para dignificarla y darle una mejor y mayor difusión.

Es José un torero cuña, como en su tiempo lo fueron Belmonte, Manolete, Manuel Benítez y otros estetas que dejaron una escuela; el antes de y el después de...

Si no me lo creen, ahí viene un peruano: Roca Rey que sigue la misma pauta y que aunque clásico y de academia, va tras los mismos pasos que José Tomás en cuanto a querer para sí, el privilegiado puesto de mando.

Solo que yo prefiero a aquellos toreros que con un pase cambian la onza, toreros de "pellizco" aunque para verlos habrá que ir a todas las tardes que se presentan porque pueden estar "cumbre" o de plano caer en el petardo si se quiere, pero con los detalles de su tauromaquia cuando hay inspiración y si se acomodan, está pagado el boleto.

Para mi, los toreros son eso: toreros!

Eso de atribuirles dones divinos o elevarlos al rango de semi-dioses por buenos que sean, no pasa de ser un mito.

Puro Mito! 

EL RECUENTO DE LOS RESULTADOS