lunes, 10 de febrero de 2014

ESPEJITOS, SOLO NOS DAN ESPEJITOS


Si yo me conformara con leer algunas de las crónicas de cualquier festejo o bien decidiera formarme un juicio acerca de los resultados de tal o cual corrida por medio de las redes sociales, les puedo asegurar que preferiría leer una novela policíaca o ver Telenovelas (culebrones) por la televisión.

Tal vez incluso pensaría en abocar el cañón de una pistola a mi sien.

Comprendo la indignación que causa la poca presencia del ganado en cosos del interior del país y supongo el enorme malestar que causa entre los "puristas" el hecho que figuras del toreo consagradas se presenten en los carteles para lidiar y dar muerte a tan famélicos ejemplares.

Cortando apéndices por doquier van de una feria en otra cobrando como si mataran toros-toros con edad y con trapío.




En un artículo que titulé: Y solo nos dan... espejitos, ya habíamos tratado este tema: Espejitos

Sin embargo habrá que decir que incluso figurones como Manolete, cobraban un potosí por torear ganado de presentación digamos, discreta.



Al mismo Manuél Martínez Ancira se le criticó el hecho de torear corridas arregladas de ganaderías de sus amigos, toros digamos a modo, escasos de presencia, cómodos de cabeza y así, así de bajitos.

Sin embargo Manuél ofrecía en cada tarde un concierto de pases en redondo que eran el deleite de la afición y del público en general porque en México dicho sea de paso, nos gusta el toreo en redondo, llevando a la res prendida de la muleta y entre más lento mejor.


Y el truco de Manolo consistió en entender esta premisa y luego entenderse con los toros.

Incluso hubo quien afirmaba que Manolo "pensaba como toro", me pregunto si aquel que hizo tal aseveración sabe lo que los toros piensan (¿y piensan?).

En fin, las denostaciones no se han hecho esperar y los twitteros no han tenido ningún empacho en repudiar la inescrupulosa actuación tanto de empresas, como de apoderados y toreros.


Pero en estos tiempos va siendo un verdadero mérito el poder dar corridas de toros digamos más o menos bien presentadas y miren que si hay empresarios que han puesto su mejor empeño.

La economía en España tan golpeada en últimos años ha obligado a los coletas peninsulares a hacer "La América" y venir más cómodos a cobrar con manteca por lidiar encierros que no les propongan muchas dificultades como el ganado español, de entrada, con más cuajo y hasta más enrazado.

Y cosechan triunfos y trofeos como cuentas de un rosario porque saben que a nuestro público de oro le gusta el toreo de relumbrón, de florituras, de pases en redondo y entre más vueltas y vueltas, mejor.

Por eso es que pases como la Dosantina tienen tanto arrastre entre el público.

Ah, pero cuando el toro no colabora con el toreo en redondo, el gozo se va al pozo y nuestros pseudo-aficionados lanzan sin piedad cojines al ruedo así como toda suerte de improperios, no obstante el matador en turno pase las de Caín para poder dar una lidia adecuada al crucigrama que tiene enfrente.


Pero siempre vendrá bien el recurso del Molinete, o los "machetazos" de pitón a pitón y hasta las socorridas Manoletinas digamos para acallar a los reventadores que abarrotan el tendido.

Solo cuando el toreo-verdad aparece en el ruedo, acalla todas las voces, unifica criterios y pone de manifiesto que lo más hermoso que pueda existir es la comunión de intenciones entre toro y torero para esculpir una hermosa pieza artística en movimiento.


Así como lo demostraron Federico Pizarro, Fabián Barba y Juan Pablo Sánchez solo por citar ejemplos inmediatos.

Lo demás, lo demás son solo ¡espejitos!
















EL RECUENTO DE LOS RESULTADOS