lunes, 23 de septiembre de 2019

ENTENDIENDO LA PATOLOGíA



He venido observando desde hace un tiempo una descomposición dentro del grupo que conformamos los aficionados a la fiesta brava.

He querido entender esta descomposición como resultado de algunos factores incluso aquellos relacionados con el auge de las redes sociales que han venido a otorgar voz a aquellos que de otra forma no hubieran contado con un foro para hacerse escuchar, pero cuyos espacios en estos foros les confieren, según ellos, el derecho de tratar de imponer su manera de pensar a veces de forma arrogante y otros tantos desorientados que les siguen como borregada cibernética.

Pero también existen otros que me preocupan más y es el alarmante número de personas con un nivel de intolerancia tan enorme como su ignorancia y eso si, muy gritones, que bajo el influjo del alcohol, se dan cita en el tendido para tarde a tarde denostar de forma grotesca y majadera a los actuantes en los festejos y distraer a los demás asistentes con sus chistes vulgares, particularmente me refiero a los de esta incipiente temporada denominada: Soñadores de Gloria.

Si bien es comprensible que los jóvenes novilleros en algunos casos no cuentan con un vasto rodaje, también cabe mencionar que se han tenido que enfrentar a tres encierros muy bien presentados: La Antigua, Xalmonto y este ultimo Domingo a una corrida de toros del hierro jalisciense de Aurelio Franco con novillos que oscilaban entre los 440Kg y 450Kg y arañando los 4 años de edad.

Hombre, con todo respeto me pregunto si: ¿es así como quieren descubrir talentos y forjar novilleros que puedan a la postre hacerse de un puesto en el escalafón?
 
Vuelta de Mendoza con el ganadero
Me queda muy claro que la preparación de un novillero debería seguir una secuencia lógica: vacadas, tientas, festivales, para después colocarlos en festejos sin picadores y novilladas en el interior del país y así, desarrollar un aprendizaje que les permita plantarle cara al novillo con menos dificultades cuando hagan su presentación en la Plaza México.

La de ayer por presencia pudiera haber sido considerada como una corrida de toros en cualquier plaza de segunda y tanto Sebastian Palomo, Emilio Macias y quizás un poco menos José María Mendoza se vinieron a dar de frente con estos novillos que por momentos los hicieron ver francamente mal.

Cuando se jugaba al ultimo turno, un novillo rajado que se iba de la muleta de Mendoza, este hermoso publico conocedor le empieza a chillar al novillero porque aunque le buscaba ejecutar los pases, la verdad es que sin plan ni estructura iba a ser difícil instrumentarle una faena y menos a un novillo que ya se había aburrido.

Pero solo una virtud tuvo Mendoza, metió un espadazo certero en buen sitio que hizo doblar a la res y ese mismo publico que le denostaba, exigió una oreja para el chaval como premio a la estocada y el juez no tardó en concederla.

Espero que José María no se confunda porque este trofeo sinceramente no es reflejo de su actuación en el ruedo y si bien apunta algunos detalles aislados, deberá sumar aún más festejos y venir más preparado.

Y si bien Mendoza se mostró limitado de conocimientos, Palomo y Macias muestran un verdor que solo el tiempo habrá de demostrar si están hechos para esto.

Al menos pude observar a un Emilio Macias con un poco de más inventiva para resolver algunos problemas en la cara del toro pero vamos, no sabe ni siquiera entrar a matar y su falta de técnica lo deja expuesto a las cornadas y a que se le sigan llendo los toros vivos al corral como fué el caso del quinto de la tarde al que nunca pudo meterle mano.

Ojalá que estos jóvenes llenos de ilusiones y ganas por abrirse paso en esta difícil profesión, cuenten con la orientación de personas bien intencionadas y profesionales.

EL RECUENTO DE LOS RESULTADOS