miércoles, 20 de julio de 2016

A COMO VAN LAS COSAS...

"Un paso adelante
 y puede morir el hombre
 , un paso atras
 y puede morir el arte"

Don Carlos Fernandez Valdemoro (Pepe Alameda).

Iniciare este articulo con aquella frase imperdible de quien fuera critico, periodista, poeta, escritor, en fin, una verdadera eminencia en el tema taurino y un excelente y entrañable cronista que fue en nuestro país toda una institución en la televisión con sus crónicas de las corridas  y su famoso programa: "Brindis Taurino".

Es sin lugar a dudas la premisa del toreo.

Otra frase acuñada por aquel personaje quijotesco de la serie de televisión española Juncal donde alude que "Las prisas son para los delincuentes y para los malos toreros".

Tanto la primera como esta última, reflejan la intencionalidad de la práctica del toreo de a pié.

Sin embargo existen muchos toreros mexicanos, la mayoría de ellos hechos en España, que demuestran que han tenido cualidades para la práctica del toreo y que han aprendido en la academia, no solo las primeras letras, sino también han podido llegar a dominar la técnica al parar y mandar y eso por donde se le quiera ver, es una cualidad encomiable: parar.

Pero desafortunadamente y al correr del tiempo, estas "figuritas", fraguadas en escuelas taurinas de España, se alejan cada vez más del concepto del toreo a la mexicana.

Esa escuela con la que se identifican en la actualidad pocos matadores de toros en México como es el caso de Jerónimo de Aguilar, Fermín Spínola, Alfredo Ríos "El Conde", Octavio García "El Payo", Fermín Rivera e Ignacio Garibay.

Ese toreo largo y templado, ese toreo a veces despatarrado de manos bajas encajando el mentón en el pecho, derramando arte puro en cada pase, ligando series nutridas de ellos para volver a ligar y cada vez más despacio.

Al contrario de esto, advierto en Los Adame, Sergio Flores y, a veces en Silveti y Saldívar, un exceso por practicar el toreo digamos, a la española, embarcando al burel y despidiéndo de largo la embestida para embrocarlo y luego correr la mano pero muchas de las ocasiones, sin temple, sin gusto, como si fueran tandas de pases hechas en una maquiladora, en serie pero sin emoción.

Con algo más, Silveti y Saldívar sin poder aún descifrar una personalidad propia y a veces cayendo en el tedio, el primero, viéndose rebasado en ocasiones por los bureles, yo le he visto por lo pronto desperdiciar las excelentes condiciones de dos toros-toros en la Plaza México, uno de la Joya y otro de Barralva, para culminar sus faenas con las consabidas "manoletinas", las "bernardinas" su más socorrido recurso y nada más.

Saldívar, cayendo irremediablemente en los recursos baratos de un toreo de "relumbrón", más proclive al toreo de hinojos populachero, pendenciero y valentón.

Y años atrás, cuando creía yo tener la certeza de haber encontrado un torero de época, un torero con recursos, un torero con ángel, con duende como dicen los andaluces, se fue para España a hacer campaña y fue tan castigado por los toros que regresó a México y se desdibujó.

Así es, estoy hablando nada menos que de Arturo Macías, cariñosamente conocido como "El cejas".

Pudo de haberlo decidido así, cambiar la onza como se dice en el argot taurino y llegar a ser la máxima figura del toreo en mi país.

Pero esas benditas indecisiones dieron al traste con una brillante carrera que iba para arriba como la espuma.

Ahora parece que esos recursos los ha cambiado por la práctica de un toreo efectista, de feria, un toreo encaminado a satisfacer a los concurrentes a la plaza que van a buscar divertirse con valentonadas, con ese toreo tremendista en ocasiones, pero alejado de aquel toreo para paladares más exigentes.

Y entre estas indecisiones de nuestros coletas y la poca promoción que existe de la fiesta en nuestro país donde escasean las novilladas, las calas, las vacadas para ir descubriendo nuevos valores y el cierre parcial o definitivo de algunas plazas, la fiesta brava atraviesa sin duda su peor momento.

Dónde una figura de arrastre, dónde un torero eje, dónde un mandón, dónde?

Eulalio López "El Zotoluco" incapaz de sostener él solo el peso del puesto de primera figura de la torería y no por falta de recursos, sino porque no existe el contra-peso de un torero antagónico, alguien quien quisiera y pudiera digamos pisarle los talones o que al menos le ayudase a levantar la canasta.

El referente más cercano Joselito Adame, apuntaba líneas arriba, no tiene la jetatura en mi opinión, para ejercer esa presión y verán porqué: más acostumbrado a torear en España, Joselito practica un toreo de academia, aseado, planchadito pero que transmite en pocas ocasiones.

Sin embargo diré en su descargo que es el único torero mexicano que hoy por hoy les pelea las palmas a las figuras allá en España cosechando triunfos en ferias importantes.

Solo que la falta de una figura de arrastre en nuestro país, ha llevado a un sector muy nutrido de asistentes a nuestras plazas a erigirlo como la figura máxima de nuestra torería pero en opinión de mi menda, está muy lejos de serlo.

Y es natural, esa ausencia de verdaderas figuras de arrastre llevan al público a cocinar al vapor a un Adame al que le queda camino por recorrer, al menos para ser considerado en mi país, como la indiscutible primer figura del toreo, constituirse en el eje de la campana capitalina, ser la figura imprescindible de ferias de ciudades importantes: Guadalajara, Puebla, Queretaro, San Luis Potosí, Aguascalientes, Monterrey, Zacatecas y sumar tantos triunfos que le permitan dar ahora sí un definitivo golpe de autoridad y proclamarse como la primer figura del toreo.

Su hermano, Luis David a las puertas de su alternativa muestra cualidades que hacen albergar la esperanza de sumar una figura más a nuestra baraja taurina nacional tan raquítica.

Sin embargo, dadas las condiciones del mercado nacional, será una figura más forjada en España y no en nuestro país.

Las añoranzas me remontan a las épocas de Fermín Espinosa "Armillita", Luis Castro "El Soldado, Silverio Pérez, Juan Silveti, Luis Procuna, Jesús Córdoba, Joselito Huerta, El "Calesero", El "Ranchero" Aguilar, Manuél Capetillo y tantas otras figuras auténticas de nuestra torería hechos en nuestras plazas y que dieron pelea a los coletas españoles aquí y allá sin pedir tregua.

Y otros contemporáneos como Curro Rivera, Manolo Martínez, Eloy Cavazos, Antonio Lomelín, Mariano Ramos, Miguel "Armillita", Jorge Gutiérrez, David "El Rey David".

Toreros hijos de la más pura escuela mexicana del toreo forjados en el crisol de una fiesta brava mestiza y en la fragua de una auténtica cabaña brava representada por la sangre de Saltillo, lo de Murube y Parladé: Jesús Cabrera, San Diego de los Padres, San Mateo, Piedras Negras, Coaxamalúcan, La Punta, Zotoluca, Mimiahuapan, Xajay, Javier Garfias, San Martín,  en fin, un sin número de ganaderías dedicadas a la crianza del ganado bravo cuyos productos escribieran páginas de gloria en el libro de la historia taurina de mi país.

Me pregunto entonces como es posible que hayamos perdido la ruta?

En qué momento los ganaderos abusaron en crear un torito de va y ven pero le hicieron perder la casta?

 Y parafraseáando a Rodolfo Rodríguez "El Pana": Para que haya guisado de liebre, tiene que haber liebre" , si en nuestras plazas no se dan corridas, dudo muchísimo que nuestra fiesta brava vuelva a tener el lustre de otras épocas.

Ahora sin novilladas para la promoción de nuevas promesas surgen problemas de orden financiero entre empresarios que se disputan el manejo de la empresa en la plaza más grande del mundo.

Por fortuna siguen habiendo empresarios que apuestan por el apoyo a nuestra fiesta como los de Cinco Villas o los de la placita de Arroyo que siguen trabajando incansablemente en la promoción de nuevos talentos.

Espero que aquellos rumores que apuntan a que los hermanos Cosío, dueños del inmueble capitalino, han coqueteado con la idea de convertirlo en hotel, en centro comercial y hasta en centro de espectáculos sean eso: rumores sin fundamento.

Pero a como van las cosas?...

EL RECUENTO DE LOS RESULTADOS