¿Mito o
realidad?
Quién habrá
sido el sabio varón que le endilgó a José Tomás, el socorrido mote de "El
mito".
¿A partir de
qué?
Y hurgando
por el ciber-espacio, encontré la descripción de dicha palabra, según el
diccionario de la Real Academia de la Lengua Española y al tenor dice:
Mito: m. Historia ficticia o personaje literario o
artístico que encarna algún aspecto universal de la condición humana. El mito de
don Juan. m. Persona o cosa rodeada de extraordinaria admiración y estima. m.
Persona o cosa a la que se atribuyen cualidades o excelencias que no tiene. Su
fortuna económica es un mito.
Luego
entonces pienso que aquel sabio le hizo chaparro favor al de Galapagar al
bautizarle con ese remoquete.
Pero por
otra parte y aduciendo a las actitudes del matador, o bien sea de sus
apoderados y su modesta, escasa aparición en algunos carteles de ferias
españolas importantes y esa incomprensible y enfadosa negativa de rehusarse a
ser televisadas sus actuaciones, hacen presumir que en efecto José Tomás es
eso: un mito.
José
Tomás
|
Sus
atributos como figura del toreo se mantienen intactos, su pasmosa quietud ante
los astados que en opinión muy personal cae a veces en el tremendismo, la milimétrica
distancia entre él y los cornúpetas pero sobre todo, el aparato publicitario
que le rodea, hacen de él, la figura más cotizada del mundo taurino.
Pero
volviendo los ojos hacia otros puertos, entenderemos que hay un sin número de
opciones que enriquecen el panorama taurino y que atienden a diferentes gustos
y paladares.
Los hay
artistas: Morante, Talavante, Manzanares, Finito de Córdoba; de academia:
Jiménez Fortes, López Simón; Roca Rey, Adame; tremendistas: Padilla, El Fandi,
Escríbano; espartanos: Rafaelillo, Castaño, Robleño, Urdiales, Fandiño;
sobrios: El Cid, Ponce, David Mora, Curro Díaz; cerebrales: El Juli, Castella,
Perera y una lista interminable el elenco de toreros en activo en España que
participan animosamente en todas las ferias del verano en la península y el sur
de Francia.
Toreros algunos
que han sido igualmente castigados por los toros y que terminan el año con una
agenda abultada de festejos, muchos de ellos televisados en España.
Figuras
todas que torean, que se dejan ver sin tantas pretensiones y que al final de la
campaña seguramente serán contratadas para las temporadas americanas.
Aspectos
como el mono-encaste no dejan de ser temas que merecen un trato aparte, pero
fundamentalmente he querido abordar el tema del "mito".
En
diferentes épocas de la historia del toreo ha habido figuras que han sido blanco
de críticas y escarnios producto de la atracción que provocan y ese aire de
autoridad con el que se han conducido aludiendo a la arrogancia en algunos
casos y eso el público no lo perdona.
Le ocurrió a
Joselito "El Gallo", a Gaona, al mismo Manolete, en nuestro país a
Manolo Martínez que convocaba multitudes apenas aparecía acartelado en las
ferias o en la temporada y al que le iban a ver a la plaza por igual sus
partidarios y sus detractores, unos para alabarle y otros para denostarle y
hasta reventarle de ser necesario.
Sus detractores resaltaban sus defectos y entre otras cosas criticaban de Manuel, el tamaño de sus muletas, esa tendencia a torear con el "pico" de la misma y enfrentar a toros digamos cómodos.
Pero tenía
Manolo una magia especial, un toque de muleta privilegiado que le permitía
llevar a la res como encantada en los vuelos del engaño en pases en redondo
eternos para rematar las series con el desdén y alborotar el gallinero.
O aquellas
trincherillas que le permitían iniciar una tanda como para acomodarse y ligar
sin reponer terreno pases con la derecha en redondo que eran la delicia de
partidarios y detractores.
Manolo en su
tiempo, impuso condiciones a las empresas que lo contrataban, decidía la procedencia
del ganado, la mayor parte y tampoco sorteaba (y me consta) así como
también decidía con que alternantes haría el paseíllo.
En plazas de tercera categoría imponía sus decisiones incluso a pesar de los jueces de plaza, vamos, hacía lo que le venía en gana, pero era el auténtico mandón.
Y justamente eso está sucediendo con el "mito".
Adopta esa
actitud mandona, arrogante, imponiendo condiciones pero con algo más: no se deja nada en
el tintero, el mismo se ha puesto un rasero que le hace salir una tarde a por
todas y otra también pero ya con un ganado más cómodo en ocasiones.
Podrá José
Tomás ser un torero valiente, tremendista y artista para muchos taurinos, pero
siempre será referente.
Resume en su
tauromaquia todas las intenciones de los toreros anteriormente descritos: El
arte, el tremendismo, la sobriedad, el valor pero de eso a que es un mito,
¡dista una enormidad!
El verdadero mito lo han creado sus apoderados, la gente que maneja su carrera y administra su cartera.
El hecho de esa negativa a ser televisadas sus actuaciones despierta el apetito de la reventa y expone a la afición a quedar al margen de poder disfrutar del espectáculo y caer en manos de mercaderes abusivos que ni son aficionados y que más que aportar algo a la fiesta, la están acuchillando.
Por esa razón, las personas que manejan los intereses del diestro de Galapagar lo exponen de esta forma a ser blanco de críticas por su manera de conducirse y más aún en tiempos difíciles para la fiesta donde se supone que los taurinos debemos sumar esfuerzos para dignificarla y darle una mejor y mayor difusión.
El verdadero mito lo han creado sus apoderados, la gente que maneja su carrera y administra su cartera.
El hecho de esa negativa a ser televisadas sus actuaciones despierta el apetito de la reventa y expone a la afición a quedar al margen de poder disfrutar del espectáculo y caer en manos de mercaderes abusivos que ni son aficionados y que más que aportar algo a la fiesta, la están acuchillando.
Por esa razón, las personas que manejan los intereses del diestro de Galapagar lo exponen de esta forma a ser blanco de críticas por su manera de conducirse y más aún en tiempos difíciles para la fiesta donde se supone que los taurinos debemos sumar esfuerzos para dignificarla y darle una mejor y mayor difusión.
Es José un
torero cuña, como en su tiempo lo fueron Belmonte, Manolete, Manuel Benítez y
otros estetas que dejaron una escuela; el antes de y el después de...
Si no me lo creen,
ahí viene un peruano: Roca Rey que sigue la misma pauta y que aunque clásico y
de academia, va tras los mismos pasos que José Tomás en cuanto a querer para sí, el privilegiado puesto de mando.
Solo que yo prefiero a aquellos toreros que con un pase cambian la onza, toreros de "pellizco" aunque para verlos habrá que ir a todas las tardes que se presentan porque pueden estar "cumbre" o de plano caer en el petardo si se quiere, pero con los detalles de su tauromaquia cuando hay inspiración y si se acomodan, está pagado el boleto.
Para mi, los toreros son eso: toreros!
Eso de atribuirles dones divinos o elevarlos al rango de semi-dioses por buenos que sean, no pasa de ser un mito.
Puro Mito!
Solo que yo prefiero a aquellos toreros que con un pase cambian la onza, toreros de "pellizco" aunque para verlos habrá que ir a todas las tardes que se presentan porque pueden estar "cumbre" o de plano caer en el petardo si se quiere, pero con los detalles de su tauromaquia cuando hay inspiración y si se acomodan, está pagado el boleto.
Para mi, los toreros son eso: toreros!
Eso de atribuirles dones divinos o elevarlos al rango de semi-dioses por buenos que sean, no pasa de ser un mito.
Puro Mito!
No hay comentarios:
Publicar un comentario